domingo, 12 de octubre de 2014

Gamarra, tierra de emprendedores

Nos recibe el frío de las 5 a.m., donde si pensabas que las calles de Gamarra lucían vacías, te equivocaste. Era la hora donde parecía empezar el día para todos esos sencillos, pero afanosos negociantes, pues llegaba uno a uno a sus respectivas tiendas, quizá no a abrirlas, pero sí a laborar a puerta cerrada.
Los trabajadores de la prolongación Italia lucen muy abrigados, y es que este frío atraviesa a cualquiera. 
Un señor se aproxima a la tienda del frente. Luce muy apurado con una bolsa en la mano y una mochila roja y ploma en la espalda; él es el claro ejemplo de que no solamente andan los amigos de lo ajeno a esas horas desoladas en la gran Gamarra. También hay personas bien peinadas y con los pantalones bien puestos, y no a media nalga, como otros, listo para iniciar su día a día.
Si se trata de negocio a esta hora, sin duda la que toma posesión de la cuadra es la señora de blanco, esa gordilla de aparente buen carácter, vendiéndole a todo el que requiera un respectivo desayuno caliente. De beber: quinua o maca y para llenar mejor la barriga, pan con camote o tortilla. 
Las horas han pasado. Los gamarrinos son testigos del nuevo luminoso día que estaba listo para desbaratarlo a punta de trabajo y más trabajo, todos al ataque. Las puertas de cada espacio se tambalean, y los inquilinos y/o dueños salían frescos de barrer sus tiendas a pasarle la escoba a los dos cuadrados exactos de su vereda.


"Esquina de galerías Italia y Brizas".

Tal parece que ahí la educación brota. Se saludan unos a otros. Nadie queda de lado en cuestión de un “buenos días” y el wachimán, un moreno alto de contextura gruesa que rodea un lado de la cuadra, no es inmune al: “jefe, ¿Qué tal?”. 
Con las puertas y los ojos bien abiertos empieza todo. La gente llega y llega. Es tanta pero se dan espacio para no chocarse. ¿Se imaginan dentro de una tiendecita? Pues en la de ropa, donde no hay hora punta, hay que entrar de frente y si se quiere ingresar al probador, hay que ponerse de costado, esquivar la multitud y cuidarse los bolsillos; no solo por el gasto, sino por los hurtos diarios.
A las 10:00 a.m., salen los jaladores, preparados para perseguir a cada individuo hasta la cuadra siguiente con tal de vender. Cada uno tiene una táctica diferente. Hay quienes salen con tarjetas o formato A4, un cartel inmenso bien coloreado y otros hacen la chamba desde su local, sentados con micro en mano; pero a ninguno puede fallarle la voz ni la sonrisa. Sin eso no convencen. 
A la hora del almuerzo, la “tía veneno”, como le dicen, pasa de tienda en tienda a ofrecer el menú  para que luego sean repartidos. Su éxito es tanto que se come hasta de pie. Se sirve el plato lleno y se deja sin nada. 


"Gamarra a las 3:00 p.m. con los niños".

Gamarra no discrimina. Aquí todos los que quieren trabajar son bienvenidos y si no lo son, igual trabajan. Los ambulantes andan con una gran bolsa y ganchos en la mano, muy cómodos y sin mucho peso para poder huir de los serenos, pues está prohibida la competencia de calle a tienda. Pero bueno, al final todo vale.
Los niños corretean en las veredas, sin importar lo incómodo que es que pasen a cada rato por el pedacito de vereda que han marcado como su territorio. Ellos ríen y lloran, pero aprovechan el día hasta terminar todos greñudos y así, satisfechos,  van en busca de papá y mamá, listos para ir a casa.
Son las 4:52 p.m. y se puede ver a un señor alto y delgado sentándose al fin. Saca su táper y se sampa la comida de un solo bocado. Apenas termina, guarda sus cosas y agarra el martillo, empieza a clavar a medias para luego continuar con las grapas. A pesar de lo atareado, la gente entra y sale. Él levanta la cabeza y muy sonriente atiende a los clientes.
La noche se hace notar, pero todo sigue iluminado. Con los postes de luz bien prendidos, la jornada no termina. La multitud avanza más rápido y algunas tiendas empiezan a cerrar, mientras otras siguen en lo suyo. 
Son las 8: 00 p.m. y el sonido de cada puerta es estruendoso. Los vendedores anuncian que ya se acabaron las ventas o que ya no se puede seguir vendiendo por seguridad. A esta hora empiezan las largas colas en el paradero.
El lugar ha quedado vacío y ahora, más que tierra de nadie, más bien es tierra de todos. Los camiones llenos de telas llegan a cada segundo. 
No podía faltar un caldo de gallina para después de las exhaustas descargas para esos hombres, que aunque algunos no pasaban de metro cincuenta, eran bien machos para cargar y poner en su lugar lo que fuera.  
El término de las ventas terminaba con, ese bien merecido, caldo de gallina. Luego solo se dejaban ver las puertas bien simétricas cerradas y en su lugar.  De repente se escuchaban las máquinas de coser, una a lo lejos y luego se prendían las demás, hasta sentirlas en nuestro oído.
Los pitazos iniciaban, más frecuentes que en el día. Ahora ya no eran hurtos, eran robos; las víctimas eran tiradas al piso y si no hay nada que ofrecer, los delincuentes patean. No cabe duda que trabajar a puerta cerrada es otro mundo. Nadie saca las narices. No importa lo que pasa afuera. Todos saben que no les conviene asomarse. 
Ya es madrugada y afuera a nadie se le pegan los ojos. Aquí se arranca el sueño de un solo tiro. No hay quien los haga parar y si paran, pierden. Los camiones siguen, cargan y descargan de todo; se gritan y se ríen. 
Ya eran las 3:00 a.m. y ahora el frío sí que llegaba a los huesos. Aquí en Gamarra, la tierra de emprendedores, no hay horario fijo para iniciar o terminar un día de chamba. Aquí la noche no frena nada, y a pesar del frío que se siente en el aire, nada ni nadie queda imposibilitado.  


Escribe  Jessica TORRES


14 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pareció muy realista. Captaste la esencia de Gamarra.
Excelente trabajo. Quisiera seguir leyendo más artículos tuyos.

- B

Anónimo dijo...

Esta muy interesante el artículo. Das a entender ¿Cómo trabaja la gente emprendedora de Gamarra? La realidad del dia a dia Buen articulo, éxitos.

~ D.A.G

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, es interesante ya que son pocas las personas que escriben sobre la lucha del peruano por salir adelante, porque en gamarra todos son unos luchadores y quieren salir adelante, pero a la vez decepciona que mientras existen esos peruanos que se rajan por salir adelante hayan otros que quieren las cosas fáciles y se apoderan de lo ajeno.
¡Ya es momento de que pare esta inseguridad que aqueja a el país!
Otro buen articulo Jessica sigue así!
Stefano Rodriguez

Unknown dijo...

Estas personas son ejemplo a seguir de su lucha continua y su forma de brindarle a sus familias una mejor vida.
Lo que han hecho estos emprendedores identificaron una oportunidad y organizaron los recursos necesarios para cogerla. Buen articulo.

Grupo Los Angeles Lakers dijo...

Todo esfuerzo requiere de sacrifico y mucha voluntad de que surgir, el articulo es muy interesante y muy cierto Gamarra es un ejemplo de superación en muchos aspectos de nuestra cultura. La redacción muy entretenida y dinámica me agrado bastante continua así. Jessica

Anónimo dijo...

Muy buen articulo. Es muy interesante lo que relatas sibre gamarra sigue asi
A.t.g

Abner Aguilar dijo...

Cada mañana, cada noche, cada madrugada, cada tarde...día tras día se presenta un gran espectáculo que no tiene fin...los actores cuidadosamente preparan su escenografía, su vestuario, su maquillaje y ensayan sus parlamentos antes de iniciar con la función...cuidadosamente preparan todo al mínimo para no ser abucheados por el publico que día a día se renueva y es cada vez mas exigente...comienza la función con mucha alegría y esperanza, llena de luz y creatividad, una maravillosa creatividad que logra enamorar al publico...
Cada galería, cada tienda, cada metro cuadrado de pista, cada cuadradito de vereda esta ocupada por un actor o actriz en busca de atención y aplausos...
La función llega a su fin y los actores se van juntando para analizar sus errores y corregirlos para el día siguiente...
¿quien no ha visto esta maravillosa puesta en escena llamada Gamarra?...pues si alguien aun no la ha visto...este articulo es un gran argumento, es una sinopsis de un espectáculo que solo se da aquí en nuestro querido Perú.
Un muy buen articulo Jessica, una mirada distinta, una radiografía del corazón de Gamarra

Anónimo dijo...

aqui los frutos de tu esfuerzo EXITOS JESS cuidate mucho :*

Anónimo dijo...

Da gusto ver a peruanos progresando. Suerte Jessica. Y felicitaciones!!

Unknown dijo...

Hay personas que surgen a pesar de todas las dificultades que se le presentan en el camino , con esfuerzo y dedicación logran el éxito ,excelente articulo sigue asi la verdad me olvidaba que redactabas muy bien esto es lo tuyo sigue adelante

Unknown dijo...

dando una vista al pequeño mundo de gamarra tierra de emprendedores y gente luchadora este articulo me hizo ver parte de la vida de estas personas y darme cuenta del lado positivo y negativo.

Anónimo dijo...

El gran esfuerzo que hace el trabajador de Gamarra es intenso, y por ese lado creo que todos deberiamos aprender de ello, no haciendo el mismo esfuerzo sino la misma dedicacion y ganas que le ponen. Esta paja qeka :3 vibras y saludos para ti ! n.n

Amet Ureta Cruz

Anónimo dijo...

cada redacción que haces es mejor que la anterior... veo que te estas superando cada vez mas!!
me da gusto ver eso!!
diste un punto de vista realista sobre la situación que se da en Gamarra!
buen trabajo pequeña Peqiz! :D

Claudia Paucar Diosis dijo...

Gamarra se ha convertido en una fuente de trabajo para muchas personas. Buen trabajo Jess.

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