Existe Lo Bueno Y Lo Malo
Un jueves
como hoy, bañada bajo la luz de la luna, Marcela me pide que la acompañe. En
una pequeña hoja de papel me muestra la dirección de un lugar en donde, según
ella, se practican “limpias”. Marcela está cansada y angustiada de tanta mala
suerte. Nada le sale bien. Desgracia tras desgracia, y ella sospecha que
alguien está detrás de todo esto.
Rápidamente
en el taxi me comenta que en dicho lugar la ayudarían a encontrar la paz que
tanto busca, y a saber quién es la persona que le está haciendo tanto daño o
como le dicen, “brujería”.
La
ceremonia, como suelen decirle, es a la medianoche. Nos dirigimos hacia el sur,
y aún tenemos una hora para llegar.
Puedo divisar
por la ventana un lugar descampado. Las pocas casas que se encuentran están a
medio construir. No hay veredas ni pistas, parece ser un asentamiento humano.
El silencio lo cubre todo.
Mientras
Marcela busca el lugar de la dirección, no puedo evitar los escalofríos, la
piel se me pone como de gallina. Frente a una casa de ladrillos cubierta por un
techo de esteras, nos detenemos porque es el lugar que estábamos buscando bajo
el manto de la noche. La puerta tan solo es un trozo de madera sin pulir y en
mal estado.
Ingresamos
al lugar, y a ciencia cierta no sabría decir cuántas personas se encontraban
adentro, pero creo que fueron más de 60.
Un chico que
no pasa de los 30 años nos lleva a un cuarto totalmente oscuro y algo
tenebroso, nos pregunta si las dos entraríamos para conversar sobre nuestros
problemas con la persona que se encontraba adentro. Marcela asienta con la
cabeza y yo solo me remito a contestar que era una simple acompañante.
El chico le
pide nombre completo, edad y el número de DNI a Marcela. Nos informa que el
costo por consulta es de 100 soles. Le entrega un papel doblado donde decía 23
y con letras pequeñas, “por primera vez”.
Se alza una
voz demasiado varonil y algo tosca, nos pide que formemos dos columnas. Nos
aclara que las columnas tienen que ser de las personas que venían por primera
vez y la otra de las personas que ya venían continuamente.
Al frente de
nosotras se encuentra “el maestro”. Alrededor suyo, hay varios chicos de
diferentes edades que circulan desde los 25 a 50 años.
En el piso
hay una tela roja y sobre ella cráneos, imágenes de santos, fotos de personas,
llaves, billeteras y velas. Unos palos de madera con diseño de animales y de
reyes forman una barra a lo que ellos llaman, “el altar”.
El maestro
era un anciano, totalmente envejecido y con ojeras. Su cabello era blanco como
la nieve y las arrugas de su cuerpo parecían pliegues. Las personas que se
acercaban al altar, eran recibidas por el maestro que luego les daba un vaso de
plástico con un líquido medio amarillento.
Marcela al
probar ese líquido, me expresó que es muy amargo, tan amargo como masticar una
pastilla.
A todas las
personas se les dio uno de esos palos con diseños de animales y reyes. A los
segundos de terminar la repartición, se les advirtió que tenían que mirar aquel
palo y no desviar la mirada o dejarlos caer, eso generaría una desgracia en la
ceremonia.
El cuarto se
oscureció y llaman a Marcela, le piden que se acerque al altar. Al llegar, le
vuelven a pedir algo raro, que retroceda 30 pasos y que luego vuelva. Al llegar de nuevo al altar el maestro
comienza a cantar, no se entiende que es lo que dice, parece una extraña
lengua. Con sus manos totalmente humedecidas en el mismo líquido amarillento,
coge una botella de plástico pequeña y le pide que beba un poco del líquido que
se encontraba en el interior, ella obedece.
En un rápido
apretón de manos, el anciano gira a
Marcela hacía él y le dice que la mujer con la que ella vivía, le había hecho
el daño por el cual ella padecía tanto.
¿Cómo aquel
anciano sabía quién había sido? Simple, le dijo que al hacerla retroceder 30
pasos, pudo ver que cada vez que se acercaba, veía a una mujer totalmente
debilitada cubierta con cadenas negras. La siguiente explicación fue que esas
cadenas eran lo que la ataba al fracaso. Por esa razón, ninguno de sus
proyectos daban frutos y sus relaciones siempre fueron frustradas.
Se le ordeno
a los ayudantes de aquel anciano que a la vista de todos, era un verdadero
conocedor del tema, le hagan una limpia a Marcela bañándola y rezándola en
ruda. Después del acto, ella quería retirarse, se sentía mareada y con muchas
nauseas. No podíamos irnos, teníamos que esperar a que todas las personas sean
atendidas por el maestro y termine la ceremonia, si nos íbamos sería
sacrilegio.
Al concluir
con la extraña velada, todos se paran y comienzan a balancearse al son de la
música que aquel anciano cantaba. Los ayudantes se paseaban por todas las
personas expulsando de su boca agua florida.
La danza
terminó y al salir, el sol nos ilumina con su luz cegadora. Sin darnos cuenta,
estuvimos toda una noche. Marcela afirma que se siente bien, que siente que
dejó un gran peso esa noche. Siente que ahora tiene un nuevo aire. Yo no sé qué
sentir, solo sé que tuve una noche no muy común por primera vez.
Escribe Sheylla REDHEAD
8 comentarios:
asi es la vida... hay personas que lo hacen por necesidad y otras por un gran gusto al sexo... me gusto tu cronicaa sheyllita
“Muy buena redacción, me gusto… Y sinceramente estoy pensando seriamente en ejercer ese oficio, 60 personas en una noche a 100 soles cada una, Good!!!”…
“Sin lugar a dudas las creencias populares están arraigadas en nuestra sociedad por cultura, este es el claro ejemplo de Marcela, que nos grafica que la fe individual, es tan poderosa que hasta la misma ciencia”.
La verdad no culpo a las personas que HACEN ese tipo de cosas (que al final de cuentas les da para comer). La culpa la tiene la gente que lo cree y acude a ellos. Opino que todo eso es solo mentira tras mentira. Buena entrevista Sheylla.
Son personas que hacen pactos con "espíritus de adivinación" que no son mas que demonios, que pueden atar, hacer daño y destruir una persona. Que muchos van porque andan desesperados con alguien grave o una situación difícil y la abren la puerta también a los demonios, se van atando, aumentan las demandas y su vida se convierte en un infierno. Me gusto tu entrevista Sheylla.
me llevaste al lugar de los hechos! buena descripción shey ALEXANDER ARANIBAR
BUENA CRONICA, ME GUSTO - JEAN GUTIERREZ
Muy linda historia desde que empieza hasta que termina muxos éxitos AMIA .....- jhonatan el chino
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