miércoles, 19 de noviembre de 2014

INNOVA TU CORAZÓN

Cuando se habla de niños con discapacidad, inconscientemente sentimos pena, pero lo que no saben es que ellos sienten lo mismo por nosotros, ¿Por qué? Es que  nosotros somos iguales y normales; ellos son únicos, especiales y diferentes. 
Al tocar la puerta de ingreso me recibió  una simpática señorita de ojos brillantes y sonrisa dulce. Cynthia es su nombre, ella me transmitió mucha calma y confianza. Caminamos juntas;  yo como una niña tímida de kínder en su primer dia de clase, hacia el aula que me acogería para estar la tarde entera. 
Ella junto con su colega y socia, Carla, iniciaron “Proyecto Innova”, con el fin de incluir a la sociedad a los niños con discapacidad mental. “ellos tienen todo el derecho de crecer en la sociedad, talvez serán discapacitados intelectualmente, pero su corazón es mucho más grande y el amor que te entregan es invaluable.”
En el transcurso del recorrido, me topaba con afiches de los talleres de verano que ofrecen allí. Niños sonriendo de oreja a oreja, y pareciera como si en ese momento ellos se olvidaron de que eran “diferentes” a los demás, y con tan solo un clic toda la felicidad que sintieron en esos momentos quedó plasmada en aquella gran foto.
Al llegar al salón, los niños nos recibieron con mucho júbilo como si a “pepa” se tratara. Me senté por un momento en una esquina a observarlos, pero estaba prohibido aislarse, asi que se acercó Carlitos. Un pequeño que tenía el cabello y los ojitos como un querubín, los más bellos que se haya visto, con señas,  me llamaba a jugar con ellos. 
Él no podía hablar muy bien solo balbuceaba. Tenía síndrome de Down así como todos en ese salón; esto los hace diferentes y únicos; no por su incapacidad, sino porque tiene el talento, que muchos aun teniendo oídos bien puestos, no lo tienen. Él tocaba la guitarra y creaba sonidos fantásticos, que te transportaban a otro mundo.
Todos sus amiguitos lo escuchaban atentos, incluso esa niña, que  vive en su mundo. Milagritos de ocho años y de mirada perdida, se hacía presente en el mini concierto que ofrecía su compañerito. De aplauso en aplauso, comunicaba que le gusta lo que tocaba Carlitos.

Ella nació asi, y desde muy chiquita le gusto pintar,  cualquier cosa lo transforma en su obra de arte, lo que sea que le guste. Solo es necesario un lápiz, y papel para que su imaginación vuele. Con extrañeza mira a la miss Cynthia y con los ojos pregunta sobre mi presencia. Ella responde “es una nueva amiga, salúdala.” Luego de unos segundos, su mirada perdida se clavó en mí; tomó mi mano tiernamente y sonrió como si de golpe le caí bien. “es muy amigable”, dijo Cynthia.
De repente, un ruido de trompetas hizo a todos los niños mirar hacia la puerta de entrada. Ni en un concierto de metal,  hubo tal grito como los que mandaron algunos de los niños al ver entrar al profesor de música, con trompeta en mano.
Todos ellos escuchaban los sonidos, hasta Carlitos. El sentía los sonidos, no entendí como, pero solo cerró sus bellos ojitos, y empezó a seguirlo con su guitarra. En ese momento de seguro Jimi Hendrix querría ser como él. 
Era como si Dios fue injusto, no con ellos, si no con nosotros, al hacernos a la mayoría iguales. Si hubieran más personas con el alma, tan especial como ellos, talvez y lograríamos ganar más Oscar’s, un mundial de fútbol  y tantas cosas más, que solo ellos pueden lograr.
Carlitos, se distrae de su clase de música y corre hacia la miss Cynthia, le hace señas, y me señala. Cynthia suelta una sonrisa cómplice y se acerca. “te quiere dedicar algo” susurra. El todo un caballerito se acomoda el cabello castaño clarísimo y empieza con la melodía que se quedaría pegada en cualquier corazón. 
Sus dedos hacian sonar la guitarra y los sonidos te trasportaban a kilómetros, así como el nombre de la canción de Sin Bandera.  Sentimientos revueltos se notaron, no sabía si  llorar de emoción, o de admiración. Sentir que un niño el cual no tiene todas sus facultades, pero ama, es gratificante y admirable a la vez.
Luego de la clase de música que duró una hora, el tiempo pasó volando. No importaba el reloj, solo que ellos se sientan bien y pasen una tarde inolvidable. Y no solo para ellos, también para los que están con ellos. 
Ya casi era hora de irme, y entre todos los niños que jugaban y saltaban como canguritos. Se encontraba en su asiento, Jarumi, la niña más bella que mis ojos pudieron ver alguna vez. Su sonrisa pura y tierna me transmitió esa dulzura que crei haber perdido.
Con sus cuatro añitos, la astucia de ella se hacía notar entre sus compañeros. Me llama alegremente para saludarme. Emocionada fui hacia ella; entre señas me dijo que quería darme un beso en la mejilla. Puse rápidamente mi rostro cerca al suyo y en una traviesa maña me lamió el cachete. 
Después de su traviesa hazaña, soltó una pícara sonrisa y sujeto mi mano izquierda, y con su otra manito  me acaricio el rostro con sus deditos tibios. El ambiente se puso de lo más tierno y se respiraba amor por todos lados. Cualquier persona que entrase en ese momento de seguro y se enamoraba de ellos tanto como yo lo hice. 

La despedida llegó y el pequeño galán se puso triste. Esa no era la idea, pero luego de prometer regresar  a innovar mi corazón,  me retiré y lo único que llenó mi alma al salir fue la admiración pura y sincera hacia Cynthia, Milagritos, Carlitos y al resto de niños que conviven día a día ahí. Y mi querida Jarumi que en solo minutos llenó de ternura mi corazón. Se despidió, ahora sí, con un gran beso y dejándome como mensaje que ellos son especiales sí, pero por el gran corazón que tienen cada niño con síndrome de Down. 



"Desbordando ternura".


"La más bella y especial".



Escribe Claudia PAUCAR









6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si Dios decide darme un hijo discapacitado estaría muy feliz de cuidarlo siempre, ellos saben querer sin interés alguno y son los únicos hijos que no fallarán nunca.

Me encantó Claudia, me agarraste el sentimiento.
Felicidades y sigue mejorando.

#Jessica Torres

Liz Herrera dijo...

muchas personas nos quejamos de lo que no tenemos.Como si eso fuera realmente importante.
Los niños con habilidades especiales son las personitas mas buenas del mundo.No tienen malicia.
Gracias, por tocar un tema a la que la mayoria no le presta la debida atención.

Ariana morales dijo...

Las personas especiales, son mucho mas bondadosas que nosotros

Noelia Vasquez dijo...

Los niños con esta discapacidad son los mas tiernos y sinceros que puedan existir; son tal cual, y se muestran transparentes. Gracias Clau por mostrarnos el significado del amor reflejado en ellos.

lourdes diosis dijo...

gran trabajo para hacer reflexionar y tomar conciencia que en realidad estas personas son muy especiales... tienen algo que muchos estan perdiendo un amor muy puro...

seshyra ramos arias dijo...

estos niños son especiales porque dentro suyo llevan un amor inmenso. son niños tan inteligentes que desarrollan habilidades extraordinarias.felicidades

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