lunes, 10 de noviembre de 2014

UNA BATALLA CONTRA EL CÁNCER

Una batalla contra el cáncer

Mariella Peralta es una mujer de cuarenta años, que ha vivido una lucha constante durante diez años. Esta vez decidió abrir las puertas de su corazón y revivir aquellos recuerdos más felices y tristes a la vez, que aún lleva grabados en su mente.

Uno de sus enfrentamientos más grandes que ha vivido hasta ahora fue la enfermedad de su madre Alida Márquez, quien padeció de cáncer a los huesos hace 11 años, una enfermedad que de todas maneras afecta a las personas más cercanas al paciente, una enfermedad que es como un reloj de arena. Sin embargo, Mariela, junto a su madre y hermanos, supieron ganar tiempo, ganar fuerzas, ganar voluntad y esperanza de vida.

Quise saber cómo se encontraba de ánimo. Algo nerviosa y con un tono de voz un poco triste narró ciertas incomodidades por las cuales está atravesando con familiares, preocupaciones que zumban como abejas dentro de su cabeza, por sus hijos, por sus estudios y su futuro.

Por otro lado, se siente tranquila por la relación que lleva en estos momentos con sus hermanos, pues, siente que se han unido mucho más que antes, a partir de la muerte de su madre, y eso la tiene contenta. Con respecto a sus sentimientos y su estado de ánimo, está tranquila, sobre todo estable, pero siempre cargando el dolor más grande en su corazón: la partida de un ser, que es irremplazable por cualquier otra persona.


Todos juntos contra el enemigo
Mientras frotaba sus manos trigueñas, contaba que a su madre le detectaron cáncer; pero no fue sólo a su mamá, sino que a partir de ese momento, ella y sus hermanos tuvieron que luchar como si ellos también tuviesen esa enfermedad. Mariella fue una de las más cercanas a todo este dolor, debido a que ella fue la que tuvo que batallar día a día junto a su progenitora en el hospital, no precisamente porque sus demás hermanos no se hicieran cargo; al contrario, era porque no podían dejar de trabajar, para así poder solventar los gastos que esta enfermedad conlleva. Es por eso que ella vivió de cerca cada hincón, cada análisis, cada biopsia, cada dolor.

Sorprendía mucho ver la forma y la tranquilidad con la que relataba Mariella. Se acomodaba sus cabellos negros que se le escapaban por la frente, y continuaba.


Preparada para el golpe final
Mencionaba los momentos cuando su madre en vida le decía lo que debía hacer cuando fallezca. Ella con una voz más pasiva, decía: _Yo sé lo que tengo que hacer mamá, pero no hay que pensar en esas cosas porque aún te falta mucho por vivir.

En su expresión podía ver claramente la nostalgia de remover estos recuerdos. A pesar de ello, esta mujer de color serio, se mantenía firme, y sin quebrarse. Se tomó unos segundos antes de continuar, y miró al vacío. Una expresión triste brotó de su mirada, y recordaba las palabras y peticiones que le hacía su madre en vida. Como toda madre, lo primordial era la unión entre sus hijos, ver a sus nietos crecer, y ver el progreso que poco a poco tenían.

Un “jamás” rotundo, que se oía con una voz de resentimiento, pero al explicarme, solo es más que tristeza, pues, Mariella no se imaginó que en su última recaída, su madre falleciera. Fue una complicación por la cual la señora Alida se puso mal. Y como había luchado durante diez años con su cáncer de huesos. Una neumonía no la iba a poder vencer.

Me dijo que estaba preparada cuando recibió la noticia fatal, que su madre ya había fallecido. Los médicos avisaron 24 horas antes que las cosas habían entrado en un cuadro demasiado complicado y que no se podía hacer nada. Esto ayudó a que tanto ella como sus hermanos estén de cierta manera preparados, eso no significaría que no iban a sentir el dolor tan profundo que es el de perder a su madre.


Un sueño deseado, un mensaje esperado
Como era de esperarse, esa valentía y fortaleza que demostraba Mari, se quebró por un instante, al contar que aquella partida ha modificado mucho su vida. Con la voz temblorosa hablaba lentamente, confesando que no era de esas personas que abrazaban a cada momento para que sepan que quiere, ella tenía su propia forma de demostrar su cariño y preocupación por la persona que le dio la vida. Las lágrimas invadieron sus ojos, al decir que todo lo que se encuentra en su casa, la hace recordar tanto a su mamá, que siente que la tiene a su lado, pero a la vez pedía soñar con su madre, que se le manifieste en un sueño, dejándole un mensaje. Fue ahí donde la lágrima bajó por sus mejillas, un poco coloradas por el bochorno del momento. Y ya no pudo seguir con esa figura de mujer valiente, con una voz fuerte y sólida, como se le solía escuchar.

La “Dama de hierro”
La mayor enseñanza que pudo dejarle su madre a Mariella, era la garra por salir adelante, a pesar de los obstáculos que la vida pone en el camino, siempre luchar y vencerlos. Dar ánimos a quienes lo necesiten, y que mejor con su propio testimonio. Una madre que nunca dejó solos a sus hijos, y se fue con la satisfacción de haber criado a unas personas con valores intachables. En lo posible, le dieron la mejor calidad de vida, alejada de problemas y solo concentrados en que pueda vencer, o tan sólo tener controlada esa enfermedad.


Una mujer luchadora era lo que nos graficaba Mariella, una madre entregada a su familia, una paciente con mucha fuerza de voluntad y superación, una mujer de hierro. Quizás por ser una persona tan valiente, Dios decidió que su final fuese así… tranquilo y sin dolor.


Escribe  Mariana DE LA CRUZ

6 comentarios:

Marcelo Muñoz dijo...

El cancer es una enfermedad que afecta cada dia mas en la humanidad. Fuerzas Mariella

Bryan Jara dijo...

Buena entrevista, felicitaciones Mariana

Paolo Molinari dijo...

La señora Alida, un ejemplo de garra, de querer vivir para su familia. y sobre todo el apoyo que recibio de sus hijos, es una gran muestra de amor hacia su madre

Humberto García dijo...

El cancer no discrimina a nadie, y es el motivo por lo que miles de personas parten de la tierra, pero me alegra saber que hay personas que no se deprimen por tener esa enfermedad

Jose Sifuentes dijo...

una historia muy conmovedora, fuerzas para toda la familia. felicitaciones Mariana

Yajaira Cadenas dijo...

tuve el agrado de conocer a la Señora Alida, y puedo decir que fue una mujer muy fuerte, preocupada siempre por los suyos, y se notaba la ddicacion que sus hijos le daban, siempre atentos con su mama.

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