Surquillo: Explosión hace revivir épocas del terrorismo

El complejo policial Walter Rosales León fue escenario del brutal acontecimiento que se vivió en la cuadra 4 de la Av. Andrés Aramburú, aproximadamente a las 10:00 p.m.: una fuga de gas explosionó en el sótano.

La noche fue testigo del trágico suceso que hizo vibrar a más de una familia surquillana y aledaños. Las lágrimas y el corazón palpitando a mil por hora por aquel estruendo a la hora de la siesta, fueron el fiel reflejo de un sentimiento que se creía olvidado. La detonación en el área del comedor de la edificación de la PNP ocasionó que el muro aledaño a la cuadra 1 de la Calle Los Ruiseñores volara en pedazos, junto a las lunas del mismo. 

Las ondas expansivas tomaron más de una vivienda para su destrucción. Los ventanales se desintegraron como arena entre los dedos. Ello incrementó el temor en los vecinos. Los padres de familia y abuelos, que se encontraban velando el sueño de los engreídos de la casa, se mostraron agradecidos por no haber estado cerca de sus balcones.
El epicentro del terror se comenzó a atiborrar de la prensa y moradores del área afectada. La aglomeración respondía a los medios lo que se temía: aún recuerdan la época de los 80, aquellos años en los que los que se hacían llamar Reformistas de los derechos del proletariado, pero causaban dolor y sufrimiento.
Las lágrimas de sangre viva, derramadas por cada inocente que se perdía, eran un disparo certero a los sentimientos de la muchedumbre.

El ministro del Interior, Daniel Urresti, llegó al lugar de los hechos para calmar a los medios y a la población: “Se realiza un peritaje al material que estaba guardado. Lo que pasa es que hubo una acumulación de gases en ese sótano y encontraron un punto de ignición (acción y efecto de iniciarse una combustión) que provocó la deflagración y provocó que los explosivos exploten”, declaró. Recalcó, además, que este compartimiento contaba con 30 años de antigüedad.

Los residentes temen por sus vidas, debido a la irresponsabilidad que han demostrado los oficiales ante el lamentable suceso. El ambiente también se vio perjudicado, ya que, al parecer,  se habrían liberado gases lacrimógenos.

Los habitantes de los distritos de Surquillo y San Isidro no dormirán tranquilos hasta que vean que se tomarán cartas en el asunto.

"Declaraciones de un transeúnte que revivió en instantes la época del terrorismo".

"La prensa y vecinos esperando una respuesta que les devuelva el alma al cuerpo."

"Urresti dando declaraciones".

"El forado que se produjo por la explosión".

"Área del comedor completamente en ruinas".

Escribe  Jazmín PAREDES