Con menos tabús encima, la
marihuana se ha convertido en la droga favorita de los jóvenes en nuestra
sociedad a pesar de ser el mal que afecta cada vez más la salud, no solo de
ellos, sino de sus familias. Los consumidores pueden llegar a ser capaces de hacer cualquier cosa para
obtener la dosis que su cuerpo necesita.
Los menores ingresan al mundo
de la drogadicción con la marihuana, que es la droga madre primaria, guiados
por la curiosidad o por ejemplos en casa, ya sea de tíos, padres, o allegados.
La adicción hacia esta hierba
causa una fuerte dependencia por parte del consumidor. Como toda droga, conlleva
a una habitual rutina de consumo, lo que termina por generar una dependencia
fuerte.
Tras ingerir fuertes dosis,
durante varios meses, podría suscitar tal adicción en la que el consumidor
encontrará una razón para vivir o para mal gastar su tiempo.
Los jóvenes que empiezan a
fumar cigarros o ingerir alcohol son más propensos y volubles a consumir estas
sustancias fantásticas y alucinógenas. Pues esta droga es súper flexible y de
variadas formas de consumo. Se puede inhalar en una diminuta pipa, o como el
clásico “batecito” que significa fumar el cannabis en forma de cigarrillo.
Es increíble y alarmante
saber, como en todo el mundo según la Universidad de Stanford, el 4% de las
personas consume esta droga, al menos, una vez al año, como si fuera una fecha
cívica. Sin embargo, el 0.7% admite consumirla todos los días y aceptar que si
la dejan empiezan a sentir la muerte en vida, se vuelven, totalmente paranoicos.
El principal problema está
cuando el cerebro es inmaduro. Los adolescentes que empiezan a utilizar esta
droga, por “monos” o curiosos, podrán sufrir una irremediable pérdida de la
memoria o del coeficiente intelectual, es decir, el cerebro no se desarrolla
completamente en la pubertad, como se pensó durante años. Este continúa durante
la adolescencia e incluso parte de la adultez. El descenso de las capacidades
mentales, según los expertos, no se recupera, así se deje de consumir el
cannabis.
La marihuana afecta,
directamente, una parte del cerebro que uno no quisiera tocar, pero que es
fundamental determinar para saber qué tipo de placer nos da y compararlo con
las cosas malas.
Los padres, por otro lado, según
Nora D. Volko directora del instituto nacional sobre el abuso de drogas, deben
encontrar formas de exponer abiertamente el tema de las drogas, incluyendo la
marihuana, para que sus hijos en el futuro no caigan rendidos ante la terrible
tentación de “meterse una pitada”.
Los efectos de la marihuana a
corto plazo son los siguientes: euforia, deterioro de la memoria, aumento del
apetito, aumento del ritmo, dilatación de los vasos sanguíneos de los ojos,
reacciones mentales adversas en algunas personas.
La marihuana está relacionada
con el fracaso escolar. Los efectos negativos recaen en: la atención, la
motivación, la memoria y el aprendizaje. Los efectos pueden durar días y hasta
semanas, a pesar de que sus efectos inmediatos desaparecen, sobre todo en los
consumidores crónicos.
En comparación con sus
compañeros no fumadores, los estudiantes que consumen marihuana tienden a
obtener calificaciones más bajas y son más propensos a abandonar la escuela secundaria.
En la actualidad, se están
creando medicamentos para contrarrestar la adicción por el cannabis, y aunque
aún no se logran los resultados deseados, los científicos tienen fe que dentro
de diez años existan medicinas para este tratamiento. Sin embargo, el método
más efectivo para sobrellevar esta adicción son las terapias cognitivas-conductuales
que enseñarán al paciente crear barreras y muros ante aquella hierba maléfica.
Según los fumadores de
cannabis, reconocer a un “marihuano en acción” es muy fácil. Ellos actúan como
tontos y se ríen sin razón alguna. También tienen los ojos rojos y achinados, cuentan
con un olor raro y sospechoso en el dormitorio, utilizan ropa o posters que
promuevan el uso de las drogas, hasta el punto de no poder explicar en qué se
han gastado el dinero.
Los padres deben escuchar a
sus hijos y ser claros y firmes sobre el hecho de que no deben usar drogas ni
alcohol, tienen que conocer a los amigos de sus hijos y hablar con ellos
frecuentemente. Eso prevendrá en gran parte el ingreso de un menor a aquel
mundo tan confuso y obtuso que es la marihuana.
En el plano legal, los países
donde la marihuana es considerada ilegal cuentan con restricciones determinadas
sobre el consumo y uso, según su propia Constitución.
Para el Tribunal Supremo del
Estado peruano, el común ciudadano no será detenido, ni juzgado si es que se le
encuentra un máximo de 10 gramos de cannabis en el bolsillo y se encuentre en
posición de consumidor, más no cultivador, y menos comerciante.
En Latinoamérica, Colombia es
uno de los países de mayor tasa de exportación de marihuana, según la
Organización de los Estados Americanos (OEA), cultivando unas 30 000 toneladas
de cannabis cada año. El cannabis
representa el 80% del mercado del consumo global de drogas ilegales, lo que es
un problema creciente que afecta todos los países que no han legalizado la
marihuana.
Conseguir que ellos hablen, de por sí, ya es difícil; y cuando se encuentran es su estado más radiante, peor aún, ya que se descubren muy paranoicos. Sin embargo, tuve la dicha de persuadir a… digámosle Juan Bolaños, un drogadicto muy respetado en su barrio y también fuera de él.
_Desde los 12 años empecé a consumir marihuana por curiosidad_ comenta Juan un poco tímido, dudando si estuvo bien aceptar realizar esta entrevista, pues su imagen podría quedar expuesta.
_Cuando la marihuana entra mi cuerpo me relajo, siento una paz inmensa. Yo soy de los que piensan que no se puede comprar la felicidad, pero sí se puede comprar su bolsita de “Mary Jane” (marihuana), que es casi lo mismo _ cuenta entre risas, comiendo de manera veloz su caldo de gallina.
La mayoría de veces que está drogado, este joven de 19 años solo piensa en comer, en hacer algo que lo distraiga: _me encuentro activo para hacer cualquier cosa_ enfatizó mirando a un joven de reojo, como si tuvieran un conflicto visual esperando a que se mueva para armar un lío.
_La marihuana me ha traído problemas con mi familia. Ellos siempre estaban molestos conmigo, pero yo pienso que todo eso ha pasado porque es ilegal no más_ lo dice un tanto incomodo ya que demoró en responder la pregunta, y para un tipo como él, ese es un lujo que no puede permitirse. Se ha vuelto necesario consumir esta “dosis bendita”. En el momento en que estoy estresado no exploto; si puedo roleo mi cigarrito y me relajo.
Juan dice que algún día dejará la marihuana: _Yo creo que esto no es para toda la vida, pero tampoco creo que genere dependencia. La dependencia está en la cabeza. A lo que me refiero es que si tú quieres hacer algo tienes que hacerlo con la cabeza y si tú crees que no vas a poder, que no lo vas a lograr, pues ya perdiste; esa es mi mentalidad_ concluye muy seguro de sí mismo, con la postura erguida y la mirada de frente, como si fuera un militar victorioso de guerra.
Con respecto a ello, Wayne Hall, investigador de la Universidad de Queensland, afirma que solo el 10% de las personas que consumen el cannabis desarrollan dependencia, sin embargo, esta cifra aumenta en un 16,5% para quienes empiezan a tomarlo durante la adolescencia. La marihuana no es la principal causante de las adicciones como lo sería la nicotina, la cocaína o peor aún la heroína.
Por otro lado, Samuel Bonilla, psicólogo privado de la clínica “Villa Salud” contrarresta: _ La marihuana es una droga alucinógena y, como toda droga, es totalmente adictiva_ afirma el especialista, con énfasis en sus palabras y ademanes apropiados.
_La marihuana se está convirtiendo en una mal innecesario de nuestra sociedad. Por todos lados se pueden apreciar jóvenes drogándose, en los parques, con sus parejas, con sus amigos… Las leyes peruanas deben ser más drásticas en este aspecto de nunca acabar_ finaliza el especialista un poco molesto por el tema tratado, sudando claramente y bastante agitado.
La marihuana, al igual que todas las drogas, están tomando un papel más importante en la vida de los adolescentes, prácticamente, se comercia en cualquier lado. La encontramos en todas partes y son, principalmente, los “amigos” los que conducen a su consumo. Son los padres los que deben tomar un rol más importante en este asunto, hablar más con los hijos, y brindarles la confianza necesaria para, lograr así, que ellos les cuenten sus dudas y comenten sus problemas.
"Dile no a la marihuana".
"Macaulay Culkin antes y después de la marihuana".
Escribe Manuel FLORES
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