jueves, 4 de diciembre de 2014

IQUITOS, DEL PERÚ SU ALEGRÍA

Iquitos, la capital de Loreto, está ubicada en el corazón de la selva peruana. Hasta aquí solo se puede  llegar por vía aérea o fluvial. Esta calurosa y alegre ciudad es la tentación de los turistas de todas partes del mundo. La historia de este hermoso lugar está escrita en sus calles.

VISITA INCOMPARABLE

Visitar Iquitos es una experiencia incomparable, pues conocerla resulta casi imprescindible. En todo su esplendor, se aprecia las elegantes construcciones que nos dejó el “boom del caucho” cuando todo era un hervidero de riqueza. La belleza de esta tierra está ligada al Río Amazonas, ya que fue nominada como una de las siete maravillas naturales del mundo y esto hizo que el mundo ponga sus ojos, principalmente en el Perú.

Al llegar a esta ciudad del oriente peruano, es imposible no visitar los atractivos turísticos: la catedral, situada enfrente de la Plaza de Armas. La Casa de Fierro,  cuyo diseño se atribuye al arquitecto francés Gustavo Eiffel, el mismo que diseñó la Torre Eiffel, el ex hotel Palace, considerado el mejor y más lujoso de la Amazonía peruana.

Asimismo, el Malecón Tarapacá ofrece una atractiva vista panorámica del río Amazonas y del puerto de Belén. El Museo Amazónico preserva esculturas de fibra de vidrio en tamaño natural que representan a los principales grupos étnicos de la Amazonía peruana, brasileña y venezolana. En el Complejo Turístico de Quistococha se puede disfrutar de una playa artificial conocida como “Tunchi Playa”, además del zoológico. El inmenso y antiguo Río Amazonas, que, como sabemos, es el río más largo y caudaloso del mundo.

CIUDAD SEDUCTORA EN TODOS LOS ASPECTOS

Este mundo exótico, para muchos soñado y para otros, desconocido, seduce a sus visitantes con sus variadas comidas, con la amabilidad y euforia de su gente y con sus lugares turísticos que guardan un importante legado histórico. En su Plaza de Armas y sus avenidas se respira vida porque a pesar de la tecnología existente, la naturaleza sigue viva en la cuidad.
Aunque Iquitos sigue siendo la misma desde hace años, la calidad y la atención al turista ha mejorado. Hay hoteles bastante buenos y también restaurantes donde puedes comer muy rico sin acordarte del sofocante calor que hay afuera. El importante detalle  es que tiene un clima muy variado entre cálido y lluvioso, pero vale la pena experimentarlo.

EL ACOGEDOR BARRIO DE BELÉN

Si existe un lugar que reúne todo la fuerza y vida de esta capital, ese es el mercado y barrio de Belén. Este mercado es el más grande y famoso de la selva, donde a cada paso nos ofrecen un pedacito del bosque. Allí acude gente de todos los barrios, pues encuentras de todo. Belén y su sofocante escenario tiene más de 4000 comerciantes. Andar por ese mercado es como hacer un safari en la selva, pero allí no se dispara ni toman fotos; allí se come rico.

A lo largo del mercado se puede apreciar una variedad de pescados: enormes gamitanas que se lucen orgullosas, carachamas que viven un día fuera del agua, boquichicos, doncellas y dorados bien deliciosos. También se distinguen, los singulares suris, esos gusanitos que se comen a la parrilla y que son muy nutritivos. De igual manera, los mapachos, que son los cigarros de la selva, puro tabaco. Son más fuertes, pero naturales.
A un lado del mercado, tenemos a la vista el barrio de Belén. Está a un lado del río Itaya en la zona baja de la ciudad de Iquitos. También conocida como La Venecia Amazónica, ya que entre enero y mayo el río sube radicalmente y todo se inunda. Por ello, las casas están sobre ligas de maderas y los primeros pisos se quedan tapados por el agua. Después, viene el invierno y la vida continúa igual. Belén es un lugar pobre, pero a pesar de las carencias la gente es amable y alegre. El rio es parte de la vida en Belén, por esas aguas las personas se movilizan a diario; a comprar, a vender, a trabajar y a estudiar.

CUANDO CAE LA NOCHE EN IQUITOS

Jhon López, iquiteño de nacimiento, aflora los recuerdos de su tierra y declara: _Al llegar la noche, Iquitos se pone divertido. En el malecón la gente y sus bares no descansan. Las discotecas y los bares son chéveres, yo recomendaría la discoteca “Noa” o el bar “Musmuqui” donde hay todos los tragos de la Amazonía, bueno aunque hay una variedad de novedosos lugares que se podría disfrutar por la noche. Hay un innovador restaurante que está en el mismo río, la vista es espectacular. Por todo ello, Iquitos para mí, es una ciudad increíble y única. Los iquiteños siempre demuestran, a los turistas, su  amabilidad y alegría. Estoy ansioso por regresar y disfrutar de la comida y de los lugares turísticos, pero el trabajo todavía no me lo permite.

PASAJE PAQUITO

Este iquiteño nos relata que siempre conseguía sus medicinas naturales en este lugar y le eran efectivas. Está muy cerca del mercado de Belén; con ella la cuidad se pone más selvática. Allí se halla todos los puestos de medicina naturista, hay tragos exóticos hechos de aguardiente y cortezas, de hojas y frutos de la selva. De inmediato, uno se encuentra con diversos licores, bebidas afrodisiacas y tónicos para cualquier carencia, con nombres muy peculiares: 7 raíces, levante Lázaro, rompe calzón, 21 raíces, uña de gato, chuchuhuasi, sangre de grado, entre otros. A este callejón mercantil siempre acuden turista y residente.  

­­EL BARRIO DE SANTO TOMÁS

Jhon también nos cuenta que cerca al boulevard siempre están los artesanos. Ellos te trasladan en un instante a la magia y el color de la amazonia. La madera, las escamas, las semillas, los cocos, lianas de Ayahuasca; todo convertido en arte. Es maravillosamente natural. Allí se encuentra: mascaras de todas las formas. Adornos de peces, mariposas, etc. También hay lindos abanicos, collares, pulseras, entre otras novedosas cosas que podemos escoger, y llevarnos recuerdos de esta hermosa ciudad calurosa.

CONEXIÓN CON LA NATURALEZA

Si se sale de Iquitos y se va rumbo sur, el río Amazonas será el universo. Cuando uno llega a la ciudad de Iquitos después de conocer la ciudad, obviamente desea encontrarse también con la selva. Hay muchas formas de hacerlo: te puedes ir a una comunidad y hacer turismo vivencial o tal vez puedes, con un guía, recorrer la selva, pero la forma más convencional de hacerlo es ir a uno de los tantos albergues que hay en la selva. Algunos que están en el mismo río Amazonas y otros en los afluentes.

Tal es el caso de Marco Antonio Paima, que nos cuenta su bonita experiencia al visitar un albergue, llamado Muyuna Lodge: _ Me agradó mucho visitar este lugar, ya que es un sitio apacible y simpático en medio de la selva a orillas del río Yanayacu. Las casas allí son rusticas y frescas parecido a una jungla, incluso la atención es excelente porque hay mucha demanda de turistas. También puedes ver a los animales en su habitad, pero para ello el guía te hace un recorrido. Cuando hice el recorrido me quede maravillado por la magia de la naturaleza, es biodiverso. En la selva hay que estar siempre atentos, porque a cada momento te encuentras con los verdaderos dueños del bosque. Como parte de la visita, también paseamos por el rio Amazonas en peque-peque. Me encanta vivir esas experiencias. Son únicas.



"Belén".


"Casa de fierro".


"El barrio de Belén entre enero y mayo".

"Plaza de Armas".


Escribe  Mariela VELA


     

   



















0 comentarios:

Publicar un comentario