lunes, 8 de diciembre de 2014

CUANDO EL DESAMOR SE CONVIERTE EN BULIMIA

CUANDO EL DESAMOR SE CONVIERTE EN BULIMIA

Con una mirada pérdida y un cadavérico rostro, Carolina, de 25 años y con tan solo 40 kilos a cuestas, nos cuenta cómo su vida estuvo plagada de desgracias y decepciones.
_Responder a tus preguntas es muy difícil, ¿sabes? En este preciso momento no me siento para nada cómoda y tengo un poco de hambre_ dijo tocándose el estómago. _ ¡Es raro! Muy pocas veces tengo la sensación de tener hambre y siento que si como aunque sea un mínimo bocado, engordaré.
Una gota salió inesperadamente de sus ojos cuando le pregunté a qué se debió su cambio físico, y, con voz entrecortada, me hizo entender que quizás estaba abriendo un capítulo del libro, el cual ya había cerrado: _Mi enfermedad no solo es mi culpa_ sintetizó _ Mi adolescencia fue horrible. Mi madre me abandonó y hasta ahora pienso que es por mi maldita culpa. Siempre estuve rodeada de hombres que me hacían sentir mal, hombres cuya semejanza era igual al abusivo de mi padre, a quien dejé a los 19 años para vivir sola. ¡No tienes idea de lo horrible que es vivir eso!_ enfatizó casi gritando.
_Día y noche me culpo por todo, pero sobretodo, culpo a Alfonso, que fue el que me llevó a esto_ lo dijo con lágrimas en los ojos y mostrándome sus huesudos brazos cuyos cortes profundos resaltaban notoriamente. _Él es el culpable de mi desgraciada vida. Para él siempre fui la chica gorda y estúpida, una chica que no valía la pena, a la que se le hizo fácil reemplazar por un cuerpo A1. ¿Por qué tiene que ser así?_ se repetía esa última pregunta a cada rato refiriéndose a su primer enamorado, ese que nunca se olvida.
Se disculpó y se dirigió al baño rápidamente. En la espera. Me di cuenta de una foto que estaba en su mueble. Era ella con un niño, y, a diferencia de ahora, se le veía feliz y no tan delgada.
 _Es mi hermano_ añadió. _Esa foto me la tomaron antes de convertirme en lo que ves. Fue en mi graduación del colegio y es la única foto que tengo con él. Luego de eso no volví a verlo porque mi madre se lo llevó_ dijo mirando con melancolía aquella tierna foto.
_En esta caja tengo guardado todo lo que me hizo daño_ señaló al mismo tiempo que sacaba una foto de aquel hombre que le destruyó la vida: Alfonso. _Este es el motivo de mis desgracias. Él es el destructor de mis sueños e ilusiones. Él malogró mi vida y de la peor manera_
Pasaba sus uñas despintadas por el rostro de él y, en su mirada pérdida, se reflejaba el rencor que sentía. _Yo nunca fui una mala persona y quizás la situación en la que me encuentro actualmente es producto de mi idiotez, pero ¿qué puedo hacer? Estaba cegada por eso a lo que muchos llaman amor_ dijo con voz irónica. _Es increíble como las actitudes de una persona pueden cambiar de la noche a la mañana. Él era lindo conmigo y siempre me consentía.
Me mostró una foto donde salían los dos en una fiesta y el cambio era impactante. _Te puedo asegurar que para ese entonces me sentía la chica más feliz del mundo y también ahora te puedo asegurar que estaba totalmente equivocada_ añadió mientras las lágrimas reaparecían. _Esto es demasiado complicado para mí. Fue una etapa muy difícil de mi vida. Yo era ingenua y, a mis 16 años me di cuenta de que la persona a la que más amas es aquella que te terminará apuñalando por la espalda. Jamás pensé que él era el mismo diablo. Viví un infierno a su lado.

Lágrimas de rencor brotaban de sus ojos nuevamente al recordar todo y su voz entre cortante dejaba en claro que volver a revivir esa historia le estaba pasando una mala jugada en ese entonces _ A veces el amor te hace cometer estupideces y, lamentablemente, terminé enamorándome de un chico a quien nunca le importé- acotó._ En estos momentos no me siento del todo bien, quiero comer y al mismo tiempo vomitar. Estoy muerta en vida_ culminó.

Carolina de 25 años


Escrito por   Alexandra HUAMANI

2 comentarios:

Eloisa León dijo...

Es el problema más grande que puede existir en la sociedad, las jovencitas sufriendo decepciones amorosas inician su etapa de desnutrición, hasta el punto de llegar a hacer de sus cuerpos un gran descuido

Unknown dijo...

No siempre es por un desamor si no por las críticas de gente estúpida hacía nosotras y te lo digo yo que tengo 16 años

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